Chapter 239
Capitulo 239
En la entrada del centro comercial, Carol recupero nu dinimo y le dijo a Enrique.
“Si tienes noticias de Samba, tienes que avisarnos. Adeinde, la depresión no es ninguna tonteria, hay que tomarla en serio y prestarle más atención a ella, mejor no dejes que salga sola!
“Claro! Tan pronto tenga noticias de Samira te contactaré de inmediato, y en cuanto a Cira, siempre hemon estado pendientes de ella. Que haya salido a escondidas hoy fue un accidente, estaremos muda atentos en el futuro.”
“Muy bien.” Carol y Enrique charlaron casualmente por un rato más y luego se despidió
Tan pronto como se separó de Enrique, su expresión cambió por completo y rápidamente llamó a Lamberto:
“Compa¿podrías averiguar algo sobre Cima, la prima de Enrique? Sospecho que ella nabe algo sobre Sammira. Adernás, Enrique dijo que se habla contactado con el agente de Samira.”
Lamberto estaba sorprendido, “¿Enrique contacto al agente de Samira?”
“¿Cómo es posible? He estado buscandola estos días y no he tenido ninguna noticia.”
“No sé los detalles, solo te estoy diciendo lo que Enrique me dijo.”
“Entendido, te informaré si tengo alguna noticia.”
“Eh… investiga discretamente, no queremos alertar a nadie.” Content rights by NôvelDr//ama.Org.
“Tranquila, sé cómo hacerlo.”
Durante toda la tarde, Carol pasó distraída por la situación de Samira.
Cuando empezó a oscurecer y se acercaba la hora de la cena, finalmente pudo centrar su atención en Miro.
Miro había quedado encontrarse con ella para la cena.
Era su primera cita oficial y no podia descuidarse. Quería dejar una buena impresión en Miro para facilitar la comunicación en el futuro y poder guiarlo en su proceso psicológico.
Carol preparo un montón de platos deliciosos y llevó varios regalos.
¡Estaba llena de confianza!
Pero el encuentro no salió como esperaba.
Miro, aunque no se enojo al verla, estuvo frio todo el tiempo.
No respondía a nada de lo que ella decía, como si fuera mudo.
Cuando le pidió que eligiera uno de los regalos que había traido, apenas les echó un vistazo y no escogió ninguno.
Después de la cena, se fue a su habitación, y cuando Carol intentó entrar para hablar con él, descubrió que habia cerrado la puerta con llave….
Por tres dias seguidos, Carol intentó por todos los medios hacer que Miro hablara con ella, pero no tuvo éxito.
La personalidad de Miro era casi idéntica a la de su padre: distante y orgulloso.
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¡La mantenía a distancia!
Después de tres dias de frustraciones, Carol se sintió un poco derrotada, pero no se dio por vencida.
El cuarto dia, antes de ir a ver a Miro, primero fue a buscar a Ledo:
“Ledo, mamita quiere hablarte de algo.”
“¿Ah? ¿Qué quiere decirme mamita?”
“Mamita quiere pedirte prestado a Cano por un dia.”
Ledo parpadeo mostrando sospecha en su rostro infantil:
*Mamita no vas a tirarlo otra vez, ¿verdad? Créeme, de verdad que no muerde a la gente sin razón.”
Carol sonno, 10 pse, por eso quiera pedirlo prestado para que le hage compañia a un amiguito por un dia ¿Estás hablando de Miro? Escuché a int hermano hablar de él
Si, Miro, Ho estado triste todo el tiempo y mamita quiere animarlo.”
*Entonces, ¿me llevan a veila? Soy un alma de la festa, seguro que lo animal floy más útil que Cano”
“No en pueder Carol lo rechazó de inmediato.
Conociendo el nivel de atención que cierta persona le prestalin a Miro, hasta la aparición de un mosquito a su alrededor
seria detectada.
Si Ledo iba a animar a Miro, seguramente se darian cuenta de inmediato.
Entonces Ledo estaria expuestol
Aunque no habla visto a esa persona en varios dias, Carol onbia que habla cárnaras de vigilancia en la casa y que cada movimiento que ella y Miro hicieron en casa estaba niendo monitorendo.
Así que, bajo ninguna circunstancia, permitiría que Ledo fueran a ver a Miro.
Al ver la determinación de Carol, Ledo no insistió més,
Aunque tenia muchas quejas sobre Aspen, sabia que Miro no tenia la culpa.
Ledo entregó a Cano sin problema, le instruyó al pequeño que no mordieran Miro y que obedeciera a mamita, luego se lo pasó a Carol:
“Toma mamita, llévatelo.”
Carol estaba eufórica y, con una felicidad que no podia disimular, se acercó a la mejilla de Ledo y le plantó un beso. “¡Gracias, hijor
Para Ledo, Cano era su tesoro, su niña mimoda, y no se lo prestaria a nadie más.
Carol, con el desayuno preparado y Cano a su lado, llegaron juntos a los Complejos del Sol.
Miro, por su parte, mantenia la misma actitud hacia ella, una indiferencia que rozaba el desdén.