Chapter 214
Capitulo 214
“Ay, por favor, usa la cabezal“, exclamó Melisa.
Ayla estaba saltando de la frustración, “¡Cómo quieres que piense en este momento! Aspen no me contesta las llamadas ni los mensajes, ni siquiera quiere verme! Y ahora se enfureció tanto por una mujer, jestoy desesperada!”
“Tranquilal Lo de hoy es puro beneficio para nosotros, no hay mal que por blen no vengal
“¿Ah si?”
“Piensalo, si fueras tú, ¿seguirias metiéndote en problemas por un niño que apenas conoces después de casi perder la vida. por él? Ni local”
Ayla se quedó confundida.
Melisa continuó,
“Después de este susto, Carol seguro que no se meterd más en los asuntos de Miro. ¿Quién juega con su vida así nomás?”
Los ojos de Ayla se abrieron de par en par, jahora si que entendial
**Claro! Si Carol deja de inmiscuirse, Aspen no tendrá razón para prestarle atención, y capaz que hasta se molesta con ella por abandonar a Miro.”
“Asi es, asi que no te apures. Mejor esperamos pacientemente por buenas noticias. Cuando Carol desaparezca, yo buscaré la forma de que Aspen te perdone y te trate como antes.”
“¡Si, si!”
Melisa no era la única con ese plan, toda la familia Bello pensaba igual, hasta Tania lo habia considerado. Nôvel/Dr(a)ma.Org - Content owner.
Επ
En ese momento,
Tania llevaba a Carol a casa.
Abel había sido quien la contactó para que acompañara a Carol,
Cuando Tania llegó, Carol ya estaba de alta.
Mientras conducia, Tania le dijo con los ojos llorosos,
“Si la cosa se pone fea, mejor no nos metemos más en lios. Tú ni siquiera estás segura de poder ayudar a Miro y casi pierdes la vida. ¿Qué pasará cuando realmente encuentres una cura? ¿No será peor? ¿Qué harán tus tres chiquillos si te pasa algo?”
Carol, recostada en el asiento del copiloto, se sentia afurdida y habló con voz débil,
“Estoy bien, no te preocupes por mi.
“¿Cómo que estás bien? ¡Casi te atropellan!”
Tania se desesperó y comenzó a llorar. Carol sintió pena por ella y quiso secarle las lágrimas, pero ni siquiera tenia fuerzas para levantar la mano.
Su respiración se volvia cada vez más agitada.
Tania notó que algo no iba bien y secándose las lágrimas le preguntó,
“¿Carol, qué te pasa?”
“Me… me estoy mareando.”
Tania, asustada, detuvo el carro al borde del camino.
Al tocar la frente de Carol, estaba ardiendo.
“¡Ay, estás con fiebre!”
Por suerte había una clinica cerca, y Tania la llevó a Carol rápidamente.
Su temperatura era de más de 40 grados.
El médico, apurado, le administró una inyección y medicamentos para bajarle la fiebre.
“¿Cómo esperasie a tener esta fiebre para venir? Si hubieras tardado un poco más, habría sido fatal! ¡Tener una fiebre tan
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alta puede ser mortall”
Tania estaba preocupada, “Ella casi tiene un accidente hoy, se llevó un susto tremendo, ya le pusieron suero en el hospital, acabamos de salir.”
“Vamos a enfriar esa fiebre primero.”
Tania quería llevar a Carol a un hospital grande, pero viendo lo débil que estaba, decidió esperar que la fiebre bajara.
Carol, con voz débil, le preguntó, “¿Los pequeños ya deben estar saliendo de la escuela, no?”
*Olvidate de eso ahora, necesitas a alguien a tu lado. Ya avisé a mis compañeros de trabajo, ellos los traerán después de clases.”
Carol negó con la cabeza,
“Mejor que los lleven a casa, van a llorar si me ven así.”
“Pero…”
“No te preocupes por ellos, ellos son inteligentes y saben cuidarse solos en casa. No les digas que estoy enferma.”
Tania dudo, pero asintió y envió otro mensaje a sus compañeros de trabajo.
Les avisó a los pequeños que ella y Carol irían a una reunión de excompañeros y que volverían a casa más tarde.