¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo

Chapter 127



Capítulo 127

“Oye, si siempre has tenido billete, ¿no? Un carrazo de esos te cuesta cincuenta millones. entonces no debes vivir en cualquier hueco. Pero este lugar está bastante descachalandrado.” Aspen, con la cara más seria, soltó, “Estoy en la ruina, no me queda ni un peso.”

“¿Ah? ¿Te arruinaste?” Carol estaba sorprendida.

“¿Tienes algo que decir?”

“No es eso, ¿cómo así que dices que estás arruinado y ya? ¿Cuándo pasó eso?”

“Anoche.”

Carol se quedó sin palabras…

Para no revelar su identidad, Miro fue llevado allí justo después de dejar el hospital la noche anterior.

Era la vieja casa de la mamá de Aspen, ella vivía ahí antes de irse del país.

“¿Cómo es que no te veo derrumbado por semejante noticia?” Carol preguntó con cuidado.

Cualquiera en esa situación estaría deprimido por un tiempo.

Algunos incluso no se recuperan jamás.

Pero mirándolo a él, no se le veía ni un ápice de la tristeza que debería tener después de la ruina.

“¿Cómo sabes que no estoy triste?” replicó Aspen.

“No se te nota.”

“No eres nadie para mí, ¿por qué tendría que mostrarte que estoy triste?”

Carol se quedó callada… Parecia tener sentido.

No se sabe por qué, pero Carol terminó consolándolo,

“La vida no es siempre un camino de rosas, los altibajos son normales. Hay que tomarlo con calma.”

“Qué habladora.”

“Solo me preocupo por ti.”

“No lo necesito.”

Carol se quedó muda… ¡Hay que ver, el bien con bien se paga!

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¡Bien merecido tenía lo de la ruina!

Aspen caminó hasta el sexto piso y se detuvo frente a la puerta 601.

Ese edificio viejo solo tenía seis pisos, el sexto era el último, sin ascensor, y solo había dos apartamentos por piso. Al frente estaba el 602.

Carol miró instintivamente hacia el 602, la puerta tenía pegado un gran simbolo de buena suerte y el tapete de la entrada mostraba señales de uso, claramente alguien vivía ahí.

No como en el lugar de Aspen, donde no había decoraciones en la puerta y el tapete parecia

nuevo.

Era obvio que acababan de mudarse.

“Oye, ¿cómo se llama tu hijo?” preguntó Carol.

“Miro Bello.”

“¿Bello? ¿Tu apellido es Bello?”

Aspen se giró y la miró significativamente, entrecerrando los ojos.

Carol abrió los ojos sorprendida.

Todos lo llamaban Aspen, y su apellido era Bello.

¿Podría ser… Aspen Bello? ¡¿Qué?!

Viendo que los ojos de Carol se abrían más y más, Aspen dijo con desdén, “Si tienes algo que decir, dilo rápido.”

Después de ver a Miro, no tendría oportunidad de hablar tonterías.

Carol tragó saliva antes de hablar, “Tú… ¿cómo te llamas?”

Aspen entrecerró los ojos, “…”

Carol dijo timidamente. “Vine a cuidar a tu hijo, no es descabellado preguntar cómo te llamas, ¿verdad?”

Aspen respondió con tono indiferente. “Ape.”

Había simplificado su nombre real, no quería que Carol conociera su identidad.

Ahora que estaba seguro de que ella no se había acercado a él con segundas intenciones, no quería que tuviera ideas indebidas.

Después de todo, el nombre ‘Aspen Bello‘ tenía mucho atractivo.

La gente no sabía cómo lucía él, pero todos conocían el nombre ‘Aspen Bello‘.

Cualquier mujer no tendría problemas para resistirse al dinero y poder que acompañaban ese nombre.

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Si ella lo supiera, seguramente trataría de seducirlo por todos los medios.

Carol seguía confundida.

¿Ape?

¿No es Aspen?

Claro que no, Aspen Bello es un discapacitado, siempre en silla de ruedas, y este con sus dos piernas largas, se ve muy saludable.

Ella estaba pensando de más.

Una letra de diferencia, una identidad totalmente distinta.

“Si tus papás te hubieran llamado Aspen, compartirías nombre y apellido con el magnate más rico.” bromeó ella.

Aspen la miró de reojo y no respondió.

Carol insistió de nuevo, “¿Tú y Aspen Bello tendrán algo que ver el uno con el otro?”

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