Capítulo 45
Capítulo 45
Capítulo 45
Kathleen se levanto de la cama cuando Diana y el resto se fueron. Mirando el vestido de noche que colgaba a su lado, sonrió con resignación. Murmuro para si misma:
-No tendre otra oportunidad de vestirte en el futuro.
En realidad, no se sentia arrepentida. No le importaba si podla ir a la cena o no. Es que la actitud de Samuel ese dia la habia decepcionado de verdad.
Aparte de que Nicolette era la razón por la que el no queria que fuera a la cena, estaba segura de que otra razón cra que el pensaba que ella no merecia ir.
«Solo soy una huerfana>>. Por supuesto, no tendría derecho a asistir a una cena de ese tipo. «No pertenecemos a la misma clase social».
Una vez que se dio cuenta de eso, ya no estaba tan molesta como antes. Todo se redujo al hecho de que ella no se lo merecia.
Se dirigió a su escritorio y comenzó a dibujar. Sólo enterrándose en el trabajo no sentiria el dolor.
Media hora después, alguien llamó a la puerta. Al mismo tiempo, oyó la cálida voz de Christopher:
– Kathleen, ¿estas ahí?
Ella se sorprendió. Se levantó y se dirigió a abrir la puerta. De hecho, era Christopher quien estaba fuera de su habitación.
Iba vestido con un abrigo gris oscuro y una polera negra, con un aspecto elegante y atractivo.
-¿Chris? Me enteré por Wynnie que la familia Morris también está en la lista de invitados.
-Yo no fui – le sonrió. Luego levantó la caja que tenia en la mano-: He traido pollo frito.
-¡Pollo frito! Mi favorito-estaba encantada. «Me conoce tan bien!>>
Al ver el brillo de los ojos de la joven, la sonrisa de Chris se amplió.
-¿Bajamos a comer un poco?
-Si, eso suena genial. También podriamos ver una película -Kathleen se estiro para aflojar sus hombros tensos. Se sentia un poco cansada.
–Muy bien.
Kathleen le siguió escaleras abajo.
-Chris, está bien que no vayas a la cena? – pregunto sorprendida:
–No pasa nada. Mis padres estan alli para representar a la familia. No debería haber ningún problema – respondio con voz suave.
-¿Como sabias que no había ido a la cena? -preguntó dudosa,
– Yo… solo lo sabia – comento. Luego continuó con voz tierna: Ve a lavarte las manos. Llevaré el pollo frito al salon
– Está bien!
El corazón de Christopher se derritió ante lo obediente que estaba siendo. Su desprecio por Samuel se hizo aun mas fuerte. Si estuviera en su lugar, lo único que querría seria mimar a una chica tan encantadora como
clia
Christophery Kathleen entraron en el salón. Sentándose, ella preguntó:
–Chrisque te apetece ver?
– Vere lo que te guste -estaba de acuerdo con lo que ella quisiera.
Kathleen miraba la pantalla del televisor con los labios fruncidos. Tenia el mando a distancia en la mano, pasando de una pelicula a otra.
Todo el tiempo, él la miraba con ternura, captando todas las pequeñas expresiones de su rostro. Por fin, Kathleen se decidió a ver una película conmovedora, la famosa «Hachi: Siempre a tu lado».
Al final de la pelicula, apenas habia tocado el pollo frito ya que estaba llorando sin parar. Christopher le dio unos pañuelos de papel.
– Deja de llorar. Si sigues llorando, te harás daño en los ojos.
Kathleen aceptó los pañuelos:
-No lo entiendes. A veces, cuando estas de mal humor, sólo tienes que llorar.
-¿Te sentirías mejor después de llorar?-preguntó con curiosidad.
Kathleen negó con la cabeza:
-No.
El frunció las cejas en respuesta:
-Kathleen, ¿sabes que has perdido peso?
Ella frunció los labios. En efecto, había vuelto a perder peso,
A pesar de que había estado comiendo como de costumbre, de alguna manera perdio peso. No entendia lo que estaba pasando.
¿Hay algun problema con mi cuerpo? Si lo hay significa que no puedo quedarme con mi bebe? Al pensar en eso, se altero aun más,
-Argh! –Kathleen sintió náuseas de repente. Se tapo la boca con la mano y se precipito al bano.
por un momento, Christopher se quedo atónito. Luego la siguió al baño. Ella estaba inclinada sobre la taza del baño, vomitando sin parar,
Christopher le acercó un vaso de agua caliente y le dio unas ligeras palmaditas en la espalda,
-Chris, es mejor que salgas por ahora –Kathleen se sentia un poco avergonzada ¿Cómo podia dejar que la viera en ese estado?
-Ya te sientes asi de mal. No hay necesidad de que te sientas cohibida delante de mi – le tocó la frente Parece que tienes fiebre.
Su palma estaba fria, y se sentia bien contra la frente caliente de Kathleen. Sin embargo, sabia que no era apropiado que estuvieran tan cerca el uno del otro.
-Chris, estoy bien, de verdad -se enjuagó la boca y se preparo para salir del baño.
Cuando se dio la vuelta para marcharse, Christopher la agarró de la muñeca por detrás. Su cálida voz sonaba un poco ronca:
– Kathleen, ¿estás embarazada?
Kathleen se quedó atónita:
-N-No.
-Siempre miras hacia arriba cuando estás mintiendo –Christopher la conocia muy bien. Su rostro palideció y su labio inferior empezó a temblar un poco. © NôvelDrama.Org - All rights reserved.
– ¿De cuánto tiempo estás? – preguntó de nuevo.
Kathleen respiro hondo:
– Casi dos meses. Chris, yo…
– No se lo dire a nadie. No debería ser yo quien anunciara tu embarazo -la miró de forma significativa-: ¿Quien más lo sabe?
Ella nego con la cabeza:
-Solo yo. Y ahora, tú también.
-Estoy encantado de saber que soy la segunda persona que se entera de esto -miro su rostro pálido-. Si lo hubiera sabido, no habria traido pollo frito. ¿Fue porque era demasiado aceitoso? He oido que las mujeres embarazadas prefieren la comida con sabores suaves y menos aceite.
Kathleen frunció los labios:
–Chris, ¿podrias actuar con normalidad, por favor? Si me cuidaras, seria fácil que la gente supiera que estoy embarazada
El se sintió avergonzado:
-Lo siento. Es la primera vez que cuido a una mujer embarazada.
-También es la primera vez que estoy embarazada-respondió Kathleen. Cuando termino de hablar, los dos se rieron.
-No puedes tomar medicamentos para el resfriado cuando estás embarazada, verdad? – preguntó de forma seria.
-Si, a menos que sea un resfriado muy grave -continuó explicándole-: Sin embargo, mi resfriado no es muy grave. Solo tengo que beber más agua y descansar más. Entonces debería estar bien.
-Entonces deberías volver a tu habitación y descansar. Yo iré a la cocina y prepararé algo ligero para ti.
A Christbpher le dolía el corazón por ella. Estaba embarazada, pero no se lo habia contado a nadie. Esto significaba que nadie se ocuparia de ella, aunque ya había sufrido bastante.
-No quiero estar más en mi cama. No es bueno estar tumbada todo el día -se encorvo en el sofá en su lugar. Tambien Maria estaba de permiso, por lo que la casa había estado muy tranquila.
Sea lo que sea de lo que hablen, nadie estará alli para escucharlo.
-Chris, habla conmigo -la suave voz de Kathleen sonaba débil.
-Muy bien -el se sentó y agarró una almohada-: Toma. Apoya tu espalda.
Kathleen dudó antes de levantar su cuerpo del sofá. Luego colocó la almohada detrás de su cintura.
Al apoyar la espalda en la almohada, se sintió mucho más cómoda que antes. Christopher si que sabia cómo cuidar de la gente.
-Chris, cuando te conviertas en el marido de alguien en el futuro, seguro que obtendrás una puntuación de 100 sobre 100 como marido modelo -comentó.
-Gracias -sonrió. «¿Y si fuera el tuyo?», pensó- ¿Y Samuel? – preguntó con curiosidad.
-Su puntuación está en negativo -respondió con desdén, con el ceño fruncido entre sus delicadas cejas.
Christopher la miro.
-Has ocultado muy bien tu embarazo. ¿Tienes algun plan?
– Me divorciaré de Samuel. Es sólo una cuestión de cuando -frunció los labios-. Para él, siempre que acepte donar mi médula ósea a Nicolette, aceptará divorciarse de mi. Incluso me dará mucho dinero, una casa y un coche
-Pero estás embarazada –Christopher hizo una pausa- ¿Vas a dar a luz al bebe?
Kathleen se acarició el vientre.
-Si, pero no quiero que Samuel lo sepa. Ni ahora ni nunca. Solo quiero cuidar del niño yo sola.
-Kathleen, déjame ayudarte a cuidar del niño –solto de repente.