Chapter 3: II
Chapter 3: II
Capítulo dos
El bullicio de la gente hablando taladra mis oídos y mientras más pasa el tiempo desearía estar en mi
casa, tranquila, con mis barras de granolas viendo series turcas en mi computador.
¿Pero tu no eras la que odiabas los cliché?*
Los odio en la vida real, pero no en el mundo ficticio de una novela.
Sabes que eso te contradice, ¿no?*
Ruedo mis ojos y doy un largo suspiro, jorobo mi espalda y observo como mi Quero habla tan
animadamente con su mejor amigo, que por ende, también lo es para mí según ella, pero yo lo
considero más como un conocido.
Un conocido que gusta de ti y está obsesionado con eso de que somos su mate, que no se te olvide.*
Gracias por aclararlo, Fally.
De nada, para eso estamos.*
Niego internamente y examino su vestimenta del día. Un pantalón rasgado, camisa ancha y una
chaqueta jean junto a unas zapatillas de marca.
Todo un prepuber.
—¿Qué pasa, Jexi? Hoy te noto callada —su voz suena rasposa y giro hacia la tarima donde ya están
dejando todo listo para la presentación de los hermanos Dhall —¿quieres salir de aquí? ¿te gustaría
que te lleve a tu casa?
Abro los ojos tanto como puedo y niego efusiva, —No, gracias. Le tengo miedo a las motos,
especialmente a la tuya.
Quero me da un manotazo en la espalda y con mi mirada más bonita en el mundo la veo directo a los
ojos. Que se note el sarcasmo.
—¡Oh vamos! Algún día dejaras el miedo y es mejor que sea ahora que después.
Junto mis cejas y sonrío —¿tú no eras la que quería que yo me quedara en la fiesta de los Dhall?
—Y es por eso precisamente que eres mi mejor amiga —me abraza por los hombros y niego divertida.
El micrófono al prenderse hace el típico eco llamando la atención de todos y el director toca tres veces Content is property © NôvelDrama.Org.
el mismo antes de hablar. Carraspea —Buenos días, jóvenes. Hoy, como bien sabrán, es la despedida
de nuestros honorables estudiantes estrella y para ello pido que pase adelante la señorita Kayla
Danielle Dhall, nuestra mejor estudiante. Pase adelante, por favor —el director se hace a un lado y le
da paso retrocediendo hasta perderse en una esquina de la tarima.
Veo con detenimiento a la persona que sube un poco el micrófono para disponerse a hablar y recuerdo
justo lo que me dijo en el baño.
No es de esperar que sea la mejor si te pone a reflexionar con una sola línea.
—“Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a hacer”. William
Shakespeare —observa hacia ambos lados de las gradas —Muy buenos días, estimados compañeros.
Hoy, tengo el honor de venir acompañada con dos de mis tres hermanos dado a que mi hermana
menor ya comenzó sus estudios en la universidad, pero de igual modo ella les desea éxitos en sus
estudios —sus manos se posan delicadamente sobre el podio —En este día, como lo dijo el director,
estamos aquí para anunciar nuestra despedida con una fiesta que también será tomada como un
adelanto de la fiesta de graduación en pocos meses para los estudiantes de último año —todas las
personas empiezan a gritar, silbar, aplaudir haciendo imposible que Kayla continúe con su discurso,
alza la mano levemente y en menos de un minuto todo queda en silencio otra vez. Ojalá ser ella —
además, debo añadir que esta fiesta tendrá un beneficio para dos persona como regalo de la familia
Dhall —se hace a un lado —Elián, Yannick —ella los llama y ambos caminan hasta llegar a su lado —
¿podrían explicar de qué se trata?
El chico que vuelve loca a mi mejor amiga toma el micrófono y es suficiente para que Quero este
pegada a mi hombro tirando baba por la boca —Sabemos que muchos de los aquí presentes desean
carros, motos, ropa, videojuegos, becas, y muchas otras cosas más —baja la mirada a sus pies y la
vuelve a subir con una sonrisa ladina —nosotros patrocinaremos cualquier cosa que ustedes quieran,
lo único que tendrán que hacer es acercarse a hablar con cualquiera de nosotros tres mientras la
fiesta transcurra.
El pelinegro de ojos azules toma el micrófono y desde ya empiezo a ver como las lobas que hay
empiezan a suspirar mientras lo ven.
¿Pero que les pasa?
¿Acaso no ven que él es una persona normal?
Bueno... Normal, normal, no. Es el próximo Alpha.*
Me da igual quien sea, Fally. Como si fuera mi vecino lo trataría igual.
—Pero esto no será tan fácil, porque deberán hablarnos en cinco idiomas distintos que nosotros
hablaremos —su mirada corre por todos lados hasta quedar con la mía, hago una mueca de
desagrado y me hago la desinteresada viendo la decoración del lugar —y ya sabemos más o menos
por el historial de notas en idiomas quienes podrían ganárselo.
Por supuesto que esa no seré yo.
¿Qué si puedo hablar otros idiomas?
Pues sí, pero no estoy interesada en alguna propuesta de los Dhall.
Estoy feliz en mi casa con mi familia media anormal.
Kayla vuelve a tomar el micrófono —Sin nada más que decir, así es como damos inicio a nuestra
celebración y que ganen los mejores —coloca el micrófono en su lugar y nada más hace ese acto las
personas corren gradas abajo intentando hablar con ellos.
—Jexi, es nuestra oportunidad de demostrar nuestras horas de estudio con las telenovelas
subtituladas.
Me levanto y sacudo mi pantalón, acomodo mi morral y bajo con ella detrás de mí —No estoy
interesada en demostrar lo que sé por un simple regalo.
Ella me toma de los hombros y se coloca delante de mí, palmea mis mejillas y me sacude —Jexi, que
feo que seas así, me dueles —hace un puchero simulando estar triste y dejo caer la presión en mis
hombros al mismo tiempo que ruedo mis ojos.
—Vale, lo haré —la música empieza a retumbar y tapo mis orejas sensibles al sonido —pero cuando
ellos ya estén a punto de irse, de lo contrario no entraré ahí.
—Ya me canse, harás lo que yo digo, porque yo siempre hago lo que tu dices —me empuja dentro —y
yo digo que vas a entrar y vas a hablar con Kayla o Elián. Yo estaré con Yannick —y sin más se va
dejándome con mi conocido al lado.
—Entonces... ¿Ya quieres que te lleve? —mete sus manos en los bolsillos de sus jeans —Te noto muy
incomoda y se nota que no...
Dejó de oírlo cuando la música se distorsiona en mi mente y un agradable aroma a vainilla llena mis
fosas nasales.
Mate.
Con la vista rápidamente busco al dueño de ese tan embriagante aroma y al encontrarlo oculto mi olor
totalmente para él.
No.
Díganme que esto no es verdad.
Dígame que esto no está pasando.
Me pego en la frente con frustración y mis ojos se cristalizan. Diosa luna, ¿por qué eres tan mala
conmigo?
¿Acaso no me quieres?
Sus ojos azules me buscan en todas las direcciones posibles mientras que ignora totalmente a la chica
rosa que hace un intento de entablar una conversación en otro idioma.
Suspiro y camino fuera de la fiesta con Neftali pisandome los talones.
¿En serio eso fue lo que me tocó como mate?
Me rehusó... Me rehusó a ser su otra mitad. Yo no pienso en él de esa manera, yo lo odio.
Recuerdo las palabras que una vez Quero me dijo cuando conteste eso mismo que estoy pensando y
sonrío irónica sabiendo que eso jamás podría pasar.
“Del odio al amor solo hay un paso”.
Pues... Antes de que pase al amor lo rechazaré, aunque creo que no tendré que hacer mucho
esfuerzo, ya que él me da motivos suficientes para hacerlo.
Detengo mi andar y giro levemente confirmando que ya no me está buscando. Justo ahora ríe coqueto
con la morena que antes intentaba hablar con él mientras que sus ojos no se despegan del escote de
ella.
Y ahí está el Elián Dhall de siempre, conocido por sus aventuras con lindas chicas y ser un playboy
por naturaleza.
Ese es su lema.