Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 642



Capítulo 642

Capitulo 642

Piquetas no extend que hagas nada indecenter” Antonio yasa de la cosa vog

Town

Mansol se puso completamente voja

Antonio la intempo

de voz era sons, “Nunca has to entera, pero has vos como za

realca un

Mansol se queda si palabras

Parece que cuando es pequeña y tenia tebe, suba Perla la vaba al hospital del peto y el medico lo pona UNA

Sava se bo de ella por un largo tiempo li

mycin en el aseo Recordaba haber Boys

wección

mecon sus palabras probablemente eran ceas

De esta forma me es muy ditica inyectame yo mismo, si no me ayudas a quitame los pantalones, como me voy a mestane? La mirada de Antonio se endurecia mientras observaba el conflicto en su rostro, espero dos segundos y lungo le dao con voz grave, “Que meas” va y avadamel

Su voz estaba onca por hablar tanto que practicamente cambis

Mansol se santo intimidada por su gisto y se acerco con la cabeza gacha

En realidad, ademas de los ohiteos, las invecciones intramusculares tantsien se pueden administrar en el muscul deltoide del brazo, pero Antonio no se lo menciono a proposito eligiendo la primera opción, especialmente al verta

la ahora con las mejillas rojas y la cabeza baja frente a el sus ojos brillatan truntantes

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Marisol le paso la jeringa y con la mano libre tomo are y extendio la mano hacia su cintura.

Llevaba un pijama con pantalones holgados atados con un cordon, que en teona se debena poder desatar facilmente, pero ella sentia como si fuera un gran estuerzo. Su garganta estaba seca y podia sentir su sangre palpitando en sus

venas

Finalmente, Mansol le bajo los pantalones a la mitad.

Luego venia la ropa interior…

Mansol sinto que su garganta se incendiaba, como si el entero no fuera el sino ella misma, y su dedo toco su piel a través de la tela, su piel tan caliente que le dificultaba respirar

Bajare los calzoncillos a un hombre varon era algo que solo habia hecho en el jardin de infancia como una travesura

Antonio extendió su mano hacia atras y con un gesto le dijo, “No hace falta quitarlos del todo, con que se vea un lado es suficiente,”

“Entendido!” Marisol le respondio en voz baja.

Casi en el instante en que su piel quedo expuesta, ella rapidamente gino la cabeza y tartamudeo, “Ya esta, puedes inyectarte

El sonido del aire siendo expulsado de la jeringa lleno el aire.

Marisol espero, torciendo el cuello en tension, sin escucharlo hablar ni moverse Con voz temblorosa le pregunto, “Oye. Antonio, ¿ya terminaste?”

“Listo”

Después de un rato, escuchó su respuesta lacónica.

Marisol giro la cabeza cautelosamente y lo vio manteniendo esa postura coqueta, presionando un algodón con alcohol sobre el lugar de la inyección, mientras que sus ojos la observaban tranquilamente

Ella sotto el borde de sus calzones y se levantó molesta, “Vistete tú mismol

Tomando la jermda que había dejado en la cama, Marisol salió corriendo de la habitación. Después de lavarse la cara

aqua fiia en el baño, volvió lentamente.

Antonio ya se habia vestido y vuelto a acostar, pero debido a que acababa de recibir una inyección para bajar la fiebre, todavia estaba acostado de lado.

Mansol tomó una silla y se sentó a su lado, preguntándole sin poder evitarlo, “¿Cuánto tiempo tomará para que haga electo

“Unos treinta minutos Los ojos de Antonio se cerraron lentamente.

“Bien!” Mansol asintió con la cabeza.

La habitación se quedo en silencio, y parecia que la inyección habla hecho efecto, ya que Antonio poco a poco se quedo domido. El sol se puso poco a poco afuern, y el crepúsculo rosado se esparció por cada rincón de la habitación

Antonio movió su brazo adormecido y al abrir los ojos la vio aún sentada alli, aparentemente habia perdido en el juego que jugaba en su teléfono y estaba maldiciendo entre dientes con el teléfono en su regazo

Aloir el ruido, Marisol levantó la mirada y sus ojos se encontraron

“Te desperte?”

Antonio negó con la cabeza, apoyándose en su brazo para sentarse y recostarse en la cabecera de la cama. “Pensé que te habias ido.”

Mansol funció el ceño, ella queria irse, pero estaba preocupada, temia que si el medicamento para la fiebre no funcionaba y el estuviera solo en casa, algo malo podría pasar Así que decidió quedarse y esperar a que mejorará, Guardo el telefono en su bolsillo, se inclino hacia adelante y puso su mano sobre su frente.

Sus manos eran suaves y cálidos, muy reconfortantes. Antonio se quedó quieto como un niño

Incluso deseaba que ese momento durara un poco más..

Mansol se toco la frente con la suya y soltó un suspiro de alivio, la fiebre habia bajado bastante, probablemente la inyección estaba haciendo efecto. Además, el enrojecimiento en su guapo rostro habla desaparecido y sus ojos ya no estaban tan húmedos.

Al sentarse de nuevo, escucho como el le decía en voz baja, “Hace mucho tiempo que nadie se queda conmigo cuando estoy enfermo.”

Instintivamente, sintió que debía ser una mujer…

Marisol dudo un momento, y le pregunto, “Antes habia alguien?”

“Mi madre“, le respondió Antonio lentamente.

Marisol se sorprendio, y por alguna razón, se sintió incomoda en su corazón.

Porque al responder asi, ella sintió claramente un alivio en su corazón. ¿Pero por qué se sentia aliviada?

Para esconder su extraña sensación, Marisol le pregunto, “¿Y tu madre dónde está?”

En el momento en que le hizo la pregunta, se dio cuenta de que en realidad sabía muy poco sobre él. Aparte de saber que su profesión era médico, que todo el mundo lo llamaba Antonio, y que tenia una abuela que vivia en el hospital después de una operación, no sabía nada más.

La mirada de Antonio se desvió de su rostro, posandose en algún rincón distante, y después de un largo momento, le dijo. “Falleció.”

*Falleció de una enfermedad cardiaca pulmonar, su estado era grave. Cuando se enfermo yo era muy pequeño, en el camino al hospital en la ambulancia, ella ya no estaba bien. Yo estaba a su lado en ese momento, ella agarraba mi mano todo el tiempo, pero no pudo decirme ni una palabra.”

Marisol lo miró atónita, sin esperar esa respuesta, y de repente se sintió triste.

Ella también había perdido a sus padres cuando em muy pequeña, ni siquiera había podido verlos por última vez Podia entenderlo perfectamente, sabia lo que se sentia enfrentar la pérdida de las personas más queridas en el mundo Aunque su voz sonaba distante al hablar, como si estuviera hablando de otra persona, sus músculos estaban tensos

Marisol se mordió el labio y murmuro, “Lo siento…”

Al oir esto, Antonio giró la cabeza y vio que ella estaba mirando hacia abajo, con las manos entrelazadas sobre sus rodillas, con una expresión llena de remordimiento y culpa. Se sintió conmovido y le dijo con una sonrisa, “Qué tontal”


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