Despidiéndose de mi amor

Capítulo 193



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La cuenta de Julio fue hackeada, eso era algo que nunca había sucedido antes en su historia.

Incluso Adrian se quedó estupefacto por un largo tiempo cuando recibió la llamada temprano en la madrugada.

-¿Han descubierto quién lo hizo?

Julio solo mostró una breve sorpresa antes de volver rápidamente a la calma.

Todavía no-respondió muy ansioso Adrian.

Después de una breve pausa, agregó:

-Este incidente fue demasiado repentino. No estábamos preparados para esto, y cuando nos dimos cuenta, el dinero ya había desaparecido.

Era muy extraño, el hecho de que la persona que hackeó la cuenta de Julio solo se llevó más de 7 mil millones. Además, alguien con la suficiente audacia y habilidad para hacerlo podría haber atacado directamente al banco en lugar de fijarse especificamente en la cuenta privada de Julio, lo que sugería que esta persona había ido directamente en contra de él.

Te doy un día para averiguarlo.

Julio cortó la llamada.

De hecho, hackear una cuenta no era tan difícil, lo dificil era cómo sacar el dinero. La desaparición de una cifra en la cuenta de Julio solo significaba que los números habían desaparecido, no necesariamente que el dinero se hubiera transferido. Y aun si el dinero realmente desapareció, para él sería solo una gota en el océano.

Al otro lado, Viviana se levantó muy temprano para llevar a Oscar al jardín de infantes. Cuando abrió la puerta, se sorprendió demasiado al encontrarlo aún dormido.

-¿Eh? ¿Qué pasa hoy?-se preguntó. Normalmente, Oscar se levantaba sin necesidad de alarma alguna, siempre a tiempo para ir a la guardería.

Viviana se acercó y lo vio profundamente dormido. Le dio pena despertarlo y no pudo evitar pellizcar sus redondas y hermosas mejillas sonrosadas.

-Hoy te dejaré dormir un poco más-murmuro compasivamente.

Oscar había pasado muy buena parte de la noche anterior intentando hackear la cuenta privada de Julio y no se durmió sino hasta las cinco de la madrugada. Cuando finalmente se despertó, ya eran las nueve y media. Frunció muy serio el ceño, pareciendo una versión en miniatura de Julio.

-Dormi demasiado.

+15 BONUS

Al igual que Julio, Oscar era muy puntual, y hoy fue la primera vez que se levantó tarde desde que nació. Se apresuró muy pronto a bañarse y arreglarse para salir.

Para su sorpresa, Viviana todavía no se había ido y estaba sentada aún en el sofá esperándolo. -Pequeño trávieso, vas a llegar tarde hoy.

Oscar no esperaba que ella aún estuviera en casa. Normalmente, Viviana iba a trabajar a la empresa, y generalmente era el chofer quien lo llevaba a la guardería.

Señorita Viviana, ¿no tienes que trabajar hoy? -cambió rápidamente de tema.

Al escuchar eso, Viviana pareció sentirse abatida.

-Sí, tengo una cita más tarde.

-¿No será con el señor Nápoles de la última vez?-le preguntó Oscar muy inquieto mientras preparaba su mochila.

Viviana se sorprendió un poco. Descubrió que el pequeño era jrealmente un genio!

-¿Cómo lo supiste?

Oscar fingió una suave expresión de inocencia. Lo adiviné.

-Eh-Viviana no le creyó.

Viendo que Oscar estaba listo, le dijo:

-Vamos, el lugar donde voy está cerca de tu guardería. Te llevaré.

-Está bien.

Viviana no solo no sentía ninguna simpatía por David, sino que también lo odiaba muchísimo. Sin embargo, no tenía elección alguna. Su padre la obligó a verlo a toda costa.

No entendía muy bien por qué la

prominente familia Nápoles se

interesaba por ella y

Xhabía recurrido a

su padre para pedir su mano. Solo de

pensar en relacionarse con alguien como David, Viviana se sentía

bastante abrumada por el dolor de

cabeza.

En el coche, Oscar también tenía sus

propias preocupaciones. La última vez, David intentó agarrarlo en la

puerta del jardín de infantes, però fue detenido en ese momento. Después de eso, a menudo notaba personas algo extrañas merodeando por la entrada. No esperaba que justo David guardara rencor de esa manera. Tenía que encontrar precisamente

una forma de lidiar con él, de lo

contrario, podría caer en sus garras.

-Señorita Viviana, ¿te vas a casar con el señor Nápoles?

Justo cuando estaban llegando al jardín de infantes, Oscar de repente le preguntó.

Viviana estaba tomando un trago de agua y casi se atragantaba al instante.

-¡Por supuesto que no! Él es un verdadero villano, nunca me casaría con él -respondió apresuradamente.

Oscar se sintió muy aliviado.

-Está bien, ya llegué, adiós.

Viviana miró cómo se iba Oscar después de bajar del coche, perdida en sus nobles pensamientos. ¿Qué quiso decir con eso?

Antes de que pudiera descifrarlo, recibió preciso una llamada, era de David.


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