Capítulo 117
Capítulo 117: Valentina, ¡nos vemos esta noche!
Thiago aún no habla terminado de hablar cuando Santiago le lanzó una mirada fria.
-¡Hablamos mañanal–dijo Santiago, alejándose a grandes pasos.
¿Qué podria ser más importante que llevarle el almuerzo a Valentina?
-Pero… si lo dejamos para mañana, ¡será demasiado tarde!
Thiago observaba desconcertado cómo la figura alegre de señor desaparecía de su vista.
Ayer mismo, el señor parecía haber sufrido un desamor, con un humor sombrío y distante. ¿ Cómo es posible que en una sola noche pareciera transformarse en otra persona?
¿Qué habría sucedido la noche anterior?
Thiago pensó que quizás señorita Lancaster no era tan importante para señor después de todo. De lo contrario, ¿cómo podría haber superado tan rápidamente el dolor del desamor?
Y la noticia que acababa de recibir…
Tras un momento de reflexión, Thiago decidió dejar esos pensamientos de lado.
Mientras tanto, Valentina ya había terminado sus asuntos en la empresa. Miró el reloj: eran las
once y quince.
Era el momento perfecto para ir a almorzar.
Valentina se arregló rápidamente y tomó su bolso para encontrarse con Alonso en la sala de
visitas.
Alonso conducía mientras se dirigían a un restaurante occidental.
No había mucha gente al mediodía, así que eligieron una mesa en un rincón en vez de un salón privado. Se sentaron, pidieron y empezaron a charlar despreocupadamente.
De repente, una figura llamó la atención de Valentina.
-¿Qué pasa? -preguntó Alonso, siguiendo su mirada, pero no vio nada.
-Nada… solo pensé que vi a alguien conocido, pero debe haber sido mi imaginación -respondió
Valentina, apartando la vista.
Sin embargo, la silueta que había visto seguía rondando en su mente.
Era alguien con una gorra negra, mascarilla negra y una chaqueta de cuero negra, como si se
Esa figura le resultaba famillar.
De repente recordó: jera el conductor que Izan habla envlado para recogerla en la celebración de la competencia de joyeria del Grupo Valenzuelal
Realmente no se conoclan, asi que Valentina decidió ignorar esos pensamientos. Pero poco después, esa persona se acercó y se sentó en el asiento detrás de Alonso, dándoles la espalda y aparentemente quitándose la mascarilla.
Valentina le echó otro vistazo curioso antes de volver a su conversación con Alonso.
Hablaron sobre la exposición de antigüedades en el museo esa noche.
Álvaro no tenía intención de escuchar a escondidas.
Pero, ¿qué podía hacer si justo al llegar a Coralia se encontró con ella?
¡Qué coincidencia!
Para su sorpresa, ella no estaba con Santiago, sino que planeaba ir al museo con Alonso.
Álvaro arqueó una ceja, intrigado.
La última vez que llevó a Valentina a pasear por el centro comercial, sin saberlo, había
enfurecido a Santiago. Este, aprovechando su posición en la Corporación Mendoza, había
ordenado a su equipo de seguridad y a los Leones del Desierto que lo escoltaran de vuelta a Guadalajara.
¿Santiago se preocupaba tanto por ella?
Como hermano menor, debía entender a la mujer que interesaba a su tercer hermano. Por eso, su visita a Coralia era en secreto; nadie sabía que estaba allí. Si no hubiera venido, jamás habría
descubierto que la señorita Lancaster tenía una relación tan cercana con Alonso:
Álvaro, tras pedir algo de comer, no se demoró en el restaurante y se fue antes que ellos. Al salir, llamó a un representante de una marca de Coralia que queria que él fuera su imagen.
-Necesito un boleto para la exposición de antigüedades del museo de Coralia esta noche. Si lo
tienen, mañana podemos firmar el contrato de patrocinio.
La marca era una gran empresa en Coralia. Conseguir un boleto para la exposición no era difícil.
Por coincidencia, el director tenía dos boletos que aún no había entregado para su hija, y rápidamente aceptó:
+15 BONOS
-Está bien, señor Soto, ¿dónde está ahora? Le enviaré el boleto inmediatamente.
Álvaro dio una dirección. This is property © NôvelDrama.Org.
Media hora después, tenía el boleto en sus manos. Echando un vistazo al restaurante y viendo a las dos personas cenando y charlando, Alvaro sonrió con Ironia:
-Valentina, ¡nos vemos esta noche!
En el restaurante, Valentina sintió de repente un escalofrio, como si alguien la estuviera observando.
Instintivamente miró a su alrededor, pero no vio nada fuera de lo común.
Sin embargo, frunció el ceño al posar su mirada en la cabina detrás de Alonso.
¿Cuándo se había ido el hombre del sombrero de pico de pato negro?
la Viu.
Mientras tanto, en la Villa de Los Pinares, Santiago miraba la habitación vacía. Había buscado en toda la casa y no encontraba a Valentina.
Las cosas en su habitación estaban empacadas, como si planease mudarse. Tras un momento de desolación, Santiago se convenció de que debió haber empacado todo antes de la noche anterior.
Al regresar, seguramente se fue directo a dormir, sin tiempo de desempacar. Después de la noche anterior, Santiago estaba decidido a no dejar que Valentina se alejara de él. Pero, ¿dónde podría estar si no estaba en casa?
Inmediatamente le llamó, pero no respondió. Frunciendo el ceño, llamó a Thiago:
-Pregunta en Starlight Joyas, a ver si Valentina está en la oficina.
Si estaba allí, podría llevarle comida. Le dio a Thiago un momento para preguntar, pero la respuesta fue inesperada:
va no está
-La señorita Lancaster estuvo en la oficina esta mañana, pero ahora probablemente ya no alli.
¿Acaso no habrían salido a almorzar el señor Valenzuela y ella?, se preguntó Santiago.