Amor en Bucle con el Señor Bécquer

Capítulo 325



Capítulo 325

Capitulo 325 Al despertar, ya era anochecer. El sol de otofio, a través de la ventana, bafiaba con una dorada luz a la persona en la cama.

lan ya estaba despierto, la miré abrir los ojos, se acercé y la beso suavemente diciendo: “Duerme un poco mas, te despertare para la cena‘.

Se levanto y se visti.

Tenia muchas cosas que hacer, su secretario Gonzalo ya lo habia estado esperando en el estudio durante mucho tiempo, pero atin no podia dejarla sola, temiendo que se sintiera incémoda al despertar.

Valoraba mucho a su nifia, aunque no podia estar con ella todo el tiempo, trataba de hacer todo lo posible. Silvia se sentia un poco timida.

Se cubrié con la manta, apoyada en la almohada, mirandolo.

lan se vistid, se inclind para besarla y luego sonrid suavemente. Después de que él se fue, ella no se atrevid a volver a dormir.

Se levanto para ver a Clara, luego fue a conversar un rato con la abuela Luisa. La abuela Luisa era una mujer de mente abierta y no se enfadaba con ella. Ademas, las chicas de la familia Molina eran pocas, asi que las trataba con especial carifio.

Por la noche, cuando lan regreso después de terminar su trabajo, encontr6 a su nifia ayudando a su madre a recoger vainas de frijoles.

La abuela Luisa seguia diciendo: “Estos son de nuestro propio cultivo, no contienen pesticidas*.

El aparté las enredaderas sobre su cabeza, se acercé y bromeé a propésito: “Abuela, estos productos organicos que tanto valoras, rara vez los compartes con los demas“.

La abuela Luisa rio friamente.

Le dijo a la joven: “No escuches las tonterias de lan. Si fuera un hombre de verdad, ya habria traido a su ‘cerdito‘ a casa y yo habria sacado todo de la tierra".

“4Cerdito?” Silvia se sorprendié un poco. Entonces la abuela Luisa le contd ligeramente sobre lo que lan habia dicho en su suefio cuando estaba borracho Silvia entendid, su rostro se puso rojo.

lan solo la mird, con una sonrisa que no era una sonrisa, lo que la hizo sentir alin mas incémoda. Pero en su corazon sentia dulzura, resulta que lan la llamaba cuando estaba borracho.

La noche se volvia cada vez mas oscura.

La abuela cocinaba personalmente, y la nifia la ayudaba. Aunque lan rara vez se metia en la cocina Después de cenar, caminaron de regreso a la habitacion.

En la puerta, lan la llevd a su dormitorio.

El dormitorio de lan era grande, al entrar, habia un aire de elegancia. El estudio adjunto era de un estilo antiguo, y junto ala ventana, habia un lugar para tomar té.

Silvia parecia aténita.

lan le acaricié la nariz y le pregunto: “Te sorprende?”

Ella, un poco avergonzada, dijo: “Nunca habia pensado que la habitacién de mi novio seria asi. ME

Su declaracion era extremadamente delicada.

De hecho, estaba diciendo que él era anticuado y mayor.

lan, por supuesto, entendid, sonrié y preparé un té con mucha ostentacion, y amablemente le pasé una taza a ella.

Cuando ella estaba a punto de tomar la taza, él dijo con indiferencia: “;Continuamos esta noche?” Silvia se quedo boquiabierta al instante.

iEl no era humano!

Ella era mucho menor que él y muy facil de convencer. Se acercé por detras y lo abrazd suavemente, llamandolo por su nombre. lan tomo su pequefia mano con una mano y bebid el té.

De hecho, tenia muchos asuntos oficiales y rara vez tenia tiempo libre por la tarde. gCémo podria tener tiempo para andar jugando ahora?

Silvia tampoco se quejaba

Mientras él trabajaba en el estudio, ella se quedaba a su lado tranqu

lan levantaba la cabeza de vez en cuando y le pedia que le trajera algo, y su nifia corria felizmente para él. Siguid ocupado hasta las 11 de la noche.

Finalmente tuvo tiempo de meter a su nifia en la cama y jugar con ella.

Silvia pens6 que él era un monstruo, él habia dicho que no lo haria...

Justo cuando ambos empezaban a emocionarse, se escuché un golpe en la puerta y la voz de la abuela Luisa “lan, atin no te has dormido? jTe traje algo de cena!”

La puerta ya estaba abriéndose. Las personas en la cama se tensaron ligeramente. Silvia abrid los ojos de par en par y susurrd, “;Qué hacemos ahora?”

lan rapidamente la metié en la manta, sus zapatillas fueron pateadas debajo de la cama y él se sentd junto a la cama, como si estuviera a punto de dormir.

La abuela Luisa ya habia entrado y al ver a su hijo dijo: “; Estas a punto de dormir?” lan sonrié débilmente, “jSi! jHoy ha sido un dia agotador!” La abuela Luisa se sento con un suspiro.

Aquella noche, abuela Luisa tenia muchas ganas de charlar con su hijo, lo que torturaba a Silvia, quien estaba casi sofocandose debajo de las mantas. Queria moverse, pero lan le tenia la cabeza apretada entre sus piernas y con su mano dentro de las cobijas, la acariciaba como si fuera una mascota.

Finalmente, abuela Luisa se retird.

Cuando la puerta se cerrd, Silvia emergié de las sabanas, sus ojos llenos de lagrimas.

“lan, ino puedo respirar!” se que}

lan la sacé suavemente y la colocd en sus brazos, la miré detenidamente durante un largo rato antes de preguntarle en voz baja, “4 Te gusta estar aqui?”

Silvia se sonrojo

jQué tonteria!

lan no presiono para obtener una respuesta. Tomo la cena que su madre habia traido y la compartié con ella. Después de terminar un plato, Silvia todavia tenia hambre y pidid mas.

lan le pellizco la cara y brome6, “; Quieres que levante a la viejecita para que te haga mas comida?”

Ella, enfadada, comenzo a golpearle el pecho.

Después de un rato, todavia estaba abrazada a su cuello y quejandose de hambre. nadie tan traviesa como tu! jlan te lo hara!”

: “jNunca he visto a

“4Sabes cocinar?” pregunto ella dulcemente, abrazandolo.

lan sonrid, se puso los zapatos y salid Para su sorpresa, se encontré con abuela Luisa en la cocina. Cuando la anciana vio a su hijo, se sorprendié.

lan encendié un cigarrillo y abrid la nevera en busca de algo para comer. Todavia tengo hambre, pensaba preparar algo mas.”

Abuela Luisa no permitiria que su hijo hiciera eso.

Saco unas empanadas de la nevera y comenzo a prepararlas, mientras regafiaba a su hijo. “Ya estas viejo, tienes que cuidarte mas, especialmente con tu figura. gCdmo vas a encontrar una esposa si no te cuidas?”

lan.

Cuando el agua hirvi, la anciana sirvid las empanadas en un plato y afiadio cuidadosamente un poco de cilantro

Habia oido que a las chicas de hoy en dia les gusta esto.

lan se llevo las empanadas y se fue, riéndose en el camino.

No le gusta el cilantro, pero abuela Luisa habia puesto algo, parece que la vieja tiene buen ajo.

Los dias de enamoramiento siempre son dulces

Su relacién aun no se habia hecho publica, y lan planeaba quedarse con ella hasta después de la celebracién de la luna llena y luego llevarla de vuelta a Bogota

En cuanto al futuro, lo planearian con calma

Silvia habia estado encerrada en la casa de lan durante dos 0 tres dias, y queria salir a pasear y comprar regalos para Clara y abuela Luisa Habia oido que los pastelitos de luna de Medellin eran muy famoBOA

lan era una figura importante, asi que su secretario Gonzalo la acompafio mientras ella comprabia. El se qued en el auto leyendo unos documentos

Pero no esperaba encontrarse con un rostro familiar en la calle

Melisa Fernandez

Una antigua colega de lan tambien con una posicion importante Al ver e auto de

de la carretera. Melisa se acerco y golped la ventana

lan salic del auto

vi

Metise sonic y saludo. Desde lejos que ere to auto no esperabe que realmente fumes t Justo cuando lan iba a responder su pequefia noves i com a regisExclusive content © by Nô(v)el/Dr/ama.Org.

lamandoto por su nombre

Melisa no pudo evitar me

agw

La chica ere muy troute fees in his tear gas, preguntes

No querendo que a vida privado fuera coniouada por tub categor te sanaa Tung pariente mis

ALONG

Al cir end. Sittvis inte vindo en el estomago come

Capitulo 325

Sus emociones se reflejaban claramente en su rostro.

En el camino de vuelta, lan intentd reconfortarla, pero en su mente estaba considerando si deberia llevarla de vuelta a Bogota antes de que su relacion se hiciera oficial. Si algo salia mal, afectaria mucho a Silvia.

Siempre ha sido reservado en sus acciones.

Pero Silvia adiviné sus pensamientos. Esa noche, mientras dormian, se acurrucé suavemente en sus brazos y murmuro: “jYa no saldré! ,Podrias no enviarme de vuelta a Bogota?”

lan la miro en silencio.

Silvia se aferré a su cuello y susurrd: “Me gusta estar aqui.”

La verdad era que rara vez tenian la oportunidad de estar juntos.

No siempre podia ir a Bogota. Habian estado juntos durante mas de un afio, pero apenas habian pasado unos dias juntos.

lan se ablando.

Se inclino, buscé sus labios y la beso.

Sus largas manos, debajo de la manta, deslizaban suavemente su bata de bafio, la sensacion delicada de inmediato encendid el deseo del hombre... No sabia si era su imaginacién, pero esa noche, él parecid un poco

brusco.

Después de terminar, ella se acurrucd suavemente junto a él.

El sudor se enfrid lentamente...

lan la acaricié suavemente, con la ternura con que se trataria a un bebé.

Ambos no querian dormir.

Ella paso su mano por su rostro y preguntdé en voz baja: “lan, gpor qué todavia no te has casado?” lan sonrid suavemente. “;Por qué crees?”

Después de decir eso, la atrajo hacia su pecho...

Ella se pego a su pecho, su corazén latia rapido, y dijo descaradamente: “;Creo que estas esperando a que yo crezca! Cuando crezca, jtendras a alguien con quien casarte!”

Ella menciono el matrimonio una y otra vez, parecia que realmente lo deseaba.

lan de repente se emocion6 un poco, metidé la mano debajo de la manta, y mientras la molestaba susurr6é “Vamos a ver si has crecido, no vayas a engafiar a tu lan*.

Cuando estaba de buen humor, era realmente un romantico incurable.

Silvia fue llevada a su regazo, y él la instruyé lentamente durante mucho tiempo. Ella lloraba y queria bajarse, pero él no dejaba, jugando con ella de todas las formas posibles.

Con el destino de Ceci atin incierto, su relacidn seguia siendo un secreto. Después del Dia de la Independencia, Silvia tuvo que irse.

La noche antes de irse, sus ojos estaban llenos de lagrimas.

lan le acaricié la cabeza. jNo te preocupes por eso, pequefial

Pero él también se sentia un poco melancdlico. Después de todo, gcdmo no desearia que ella se quedara con él todo el tiempo?

Con ella aqui, la casa parecia mucho mas animada. Capitulo 325

Antes, la abuela siempre estaba murmurando, pero ahora todos los dias iba al mercado con la canasta en el brazo junto con la empleada de la casa, eligiendo solo los alimentos que a la nifia le gustaban. lan sabia que su madre se habia dado cuenta, pero simplemente no decia nada.

Esa noche, se sent en su estudio durante mucho tiempo. Pensaba en el futuro, pensaba en darle a su nifia una vida entera.

La abuela trajo el té, se sento un rato, parecia querer preguntar algo pero al final no lo hizo. Creia firmemente que la nifia que su hijo traia a casa era la que él habia elegido.

Ala nifia, también le gustaba. éNo era Silvia la pequefia cerdita?

La abuela penso que tal vez pronto tendrian que organizar una boda en casa. Aunque habia una pequefia diferencia de edad y los rangos familiares estaban un poco mezclados, lo importante era que a su hijo le

gustara.

Al final, la abuela solo dijo: “jEs muy buena!”

lan saboreé estas palabras, sonrid suavemente, jla abuela era realmente interesante! Penso que una vez que la situacién de Ceci se estabilizara, pediria la mano de Silvia a la familia Bécquer.

Queria mantener a la nifia a su lado, que la acompariara, que acompaiiara a la abuela. Cada dia cuando volviera del trabajo, veria las luces calidas de la casa, veria como ella y la abuela recolectaban frijoles juntas.

Ya no era joven, tal vez después de casarse podrian tener hijos... 315)

11274


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.