Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 99
Capítulo 99
Me quede sorprendida por un momento y, casi sin pensar, mire a Isaac. Ellucia tranquilo, con una mirada calida, abrazandome, definitivamente no parecia que viniera a divorciarse.
El suelo del vestibulo estaba seco. Me solté suavemente de su agarre y frunci los labios aclaré “No,
vinimos a divorciamos”
El empleado parecia lamentarlo: “Ah… No es fácil para dos personas encontrarse, y parecia que se llevaban bien, ¿cómo es que quieren divorciarse? El divorcio no es algo menor, no sean impulsivos. Una vez que hay una grieta, es dificil volver a estar juntos.”
Baje la vista, resignada. “Puede que haya entendido mal el orden. Las grietas no aparecen por el divorcio, sino que llegamos al divorcio porque ya existian”
Si no fuera por una situación desesperada, ¿cuántas parejas querrian divorciarse?
El empleado ya no insistio: “Bueno, vayan. Está lloviendo mucho ahora, casi no hay gente, cualquier ventanilla libre servira.”
“Esta bien, gracias.” Despues de agradecer, me dirigí a la ventanilla más cercana: “Hola, quiero tramitar
un divorcio,”
“¿Trajeron toda la documentación?” Preguntó el de la ventanilla.
“Si.” Asenti, pase el DNI y el certificado de matrimonio, Luego miré a Isaac, que aún estaba de pie, le pregunté: “¿Y los tuyos?”
Parecia distraido y solo cuando lo llamé, reaccionó. Su cara, perfectamente impecable, mostraba una emoción oscura y confusa: “Los traje.” Su voz sonaba algo ronca.
“Damelo.” Dijo el empleado extendiendo la mano, pero Isaac no se movió, sostenía el sobre con una mano mostrando sus venas, sin hacer ningún gesto.
No pude evitar apurarlo mientras le llamaba: “Isaac?
Respondió suavemente, como si una sombra de dolor cruzara por sus ojos. Pero finalmente, bajo mi insistencia, entregó el sobre.
El empleado frunció el ceño: “¿Es un divorcio de mutuo acuerdo?”
“Si.” Respondi sin dudar, pero la persona a mi lado no dijo nada.
El empleado miró a Isaac: “Señor, si no lo han pensado bien, mejor vuelvan a casa y lo discuten.”
“El también lo ha pensado bien.” This content is © NôvelDrama.Org.
Hablé serenamente, “Este certificado de matrimonio, en mis manos, podría herir a la otra persona en cualquier momento. Asi que sí, él lo ha pensado bien.”
Con mi recordatorio, Isaac cerró los ojos, concediendo. Sin embargo, solo yo podia ver cómo sus manos colgaban, apretadas en puños, ocultando sus emociones. Pero no me ablandé, después de todo, él también había hecho su elección. Entonces, ¿por qué mostrar esta fachada de profundo afecto frente a
mi?
El empleado revisó la documentación y preguntó: “¿Tienen hijos? ¿Y los bienes, están divididos?”
“No tenemos hijos Contesté, tragando amargura, y añadi: “Los bienes están claramente divididos, está todo escrito en el acuerdo de divorcio. Solo quiero una casa.”
Eh, pero no has firmado el acuerdo de divorcio El empleado me paso el documento en lo que decía Lo que dice aqui también es diferente a lo que mencionaste, vayan a un lado, discutanio y luego regresen con la firma
“Esté bien ” Torné el acuerdo y me fui a un lado.
Antes de dárselo a Isaac, estaba segura de haberlo firmado. Frunci el cefio mirando a Isaac con duda y luego al acuerdo de divorcio Rápidamente me di cuenta de que no era el documento que yo había preparado, él lo había cambiado. Además de la casa en Arces Rincón, también estaba el diez por ciento de las acciones,
Me lami los labios y lo miré. Te dije, solo quiero la casa, las acciones no las quiero”
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Tener una casa para vivir, y la capacidad de mantenerme a mi misma y a mis hijos, ya era suficiente. El divorcio era para cortar por lo sano, de manera clara y definitiva, y tener ese diez por ciento de las acciones significaria que tendríamos que vernos, y frecuentemente.
Isaac tenia la mandibula tensa, pero su voz era profunda y firme: “Siempre fue tuyo.”
Mi respuesta fue: “Esas acciones eran de tu madre, ¿no? Probablemente pensaba en dárselas a su futura nuéra